Carrera profesional

Soy un proveedor médico especializado en cuidados primarios (PCP). Obtuve mi doctorado en la prestigiosa Universidad de Nova Southeastern. Trabajé por más de una década atendiendo personas adultas en una clínica en el sur de la Florida. Además, fui profesor de ciencias en los programas de nurse practitioners (MSN). Actualmente superviso el manejo de condiciones crónicas en un Centro de Detención del Sistema Jackson Health. Durante mi carrera, me he esforzado por promover la salud, prevenir y tratar enfermedades, y ofrecer consejería a miles de pacientes.

Extracto de mi libro Smartbook: Cinco enemigos del Ser

Divagué por caminos inservibles que me llevaron a la desolación y al vacío. Identifiqué, como el hijo pródigo, el bien con el placer para evadir el dolor; le di libertad a los deseos de la carne y me dije: La vida es vanidad y aflicción de espíritu; de todas maneras, me voy a morir… disfruta mientras te dure la fiesta. Le fallé a Dios.

Otro día volví en mí. 

Sentí la necesidad de regresar a la Casa de mi Padre. Pensé: Ya no soy digno de ser llamado su hijo, ¿con qué cara le miro la cara a Dios? ¿Cómo iba a imaginar yo que, al regresar, mi Padre –quien llevaba tiempo caminando de lado a lado, mirando hacia las afueras del palacio esperando mi regreso– al verme, iba a correr, echarse sobre mi cuello, y besarme? Y es que la misericordia de Dios es tan incomprensible que no cabe dentro de las limitaciones de la mente humana. Ella penetra inesperada por las rendijas más pequeñas. No es forzada ni la puedes pedir. Dios te la da porque le place; cae sobre ti como el agua del cielo que te abraza y te renueva. 

Quisiera que consideraras –si no lo has hecho ya– poner las cosas en una balanza y, guiado por el Espíritu Santo y la razón, comprometerte a hacer el bien supremo, ser útil, cumplir con tu deber y servir a los demás. Yo creo que de eso se trata la vida, y es algo que todos podemos lograr, porque ser hombre es algo más que ser torpemente vivo: es entender una misión, ennoblecerla y cumplirla

Para sostener el peso del Ser al que hemos sido predestinados por el Creador se necesita, además de la fuerza física, tesón, firmeza de carácter y compromiso, porque quien desee aliviar el sufrimiento, quien desee rectificar los defectos del Ser, quien quiera propiciar el mejor de los futuros, quien quiera crear el cielo en la Tierra tendrá que realizar el mayor de todos los sacrificios, el de sí mismo y el de su hijo, el de todo aquello que ame, y vivir así una vida dirigida hacia el bien. La decisión es nuestra.

Lyan B. C.

Presidente – Cruz y Letra

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